jueves, 20 de septiembre de 2012

La implicación de los padres en la enseñanza

La enseñanza de nuestros hijos es una tarea compartida con los profesores y maestros, pero no debemos dejar de lado nuestra parte de responsabilidad en el proceso de aprendizaje de los más pequeños de la casa.

Para cada etapa de su educación, el niño necesitará una ayuda diferente, una guía en su camino escolar y un apoyo en sus decisiones. Para eso están los padres, que deberán estar siempre presentes para prestarles toda la ayuda y orientación que necesiten sus hijos.


La educación infantil.

Los primeros años de escolaridad son la base de la enseñanza de nuestros hijos. En estos primeros años, los niños aprenden a socializarse con los demás niños y a desarrollarse como seres cada vez más independientes.

Aunque en esta etapa los niños no suelen traer deberes a casa, los padres deben prestar mucha atención a lo que están haciendo en el colegio. Los pequeños se sienten orgullosos de sus 'trabajitos' escolares y los padres deben estimularlos para que sigan mostrando interés por el aprendizaje.

Además, los padres pueden colaborar con las pequeñas tareas que deban hacer en casa como recopilar hojas secas, recortar imágenes, dibujar...


La educación primaria.

A los seis años, los niños entran en "el cole de mayores", se sienten más responsables y ya son capaces de socializarse con otros niños de su edad y de atender a la figura del profesor. En los primeros años de esta etapa, los niños tienen que aprender a desarrollar su propia responsabilidad y a entender que deben realizar un trabajo diario y constante para obtener buenos resultados.

Aunque deben trabajar solos, los padres deben estar ahí para apoyarles y responderle las dudas o problemas que le puedan surgir en la resolución de las tareas. De esta forma, los niños se sentirán más motivados a la hora de estudiar.


La educación secundaria.

No hay duda de que la adolescencia es una etapa muy dura ya que los jóvenes se sienten rebeldes ante la autoridad que representan sus padres y sus profesores, lo que provoca que muchos de estos jóvenes no le presten la misma atención al estudio.

La educación secundaria es compleja y el nivel de dificultad y exigencia va en aumento. Los padres deben estar cerca de sus hijos para prestarles la ayuda y los consejos necesarios para guiarle por esta nueva etapa de su vida.